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Sergio Cortell

Trabajo de propiocepción

Trabajo de propiocepción

Todo deporte debe llevar un trabajo de propiocepción detrás. El trabajo de propiocepción tiene como objetivo controlar el aparato locomotor, es decir, la percepción del movimiento articular y la percepción de la posición de nuestras articulaciones y nuestros miembros.

Esta información pasa por el sistema nervioso desde el cerebro hasta el sistema osteomioarituclar. Los mecanoreceptores ubicados en las articulaciones, músculos y tendones son los que dan información a nuestro cerebro de su posición, nivel de contracción o estiramiento, orientación…  Podemos poner de ejemplo un jugador de fútbol. Debe estar pendiente del balón, los rivales, los compañeros y además de la posición de su cuerpo pero ésta última lo hace de forma inconsciente el cómo debe poner el pie para golpear el balón, etc.

Y digo que puede servir para cualquier deporte porque se trabaja en fútbol, voleibol, balonmano, baloncesto, atletismo, ciclismo, surf, deportes de raqueta, fútbol americano, rugby…

¿Para qué sirve hacer ejercicios de propiocepción y cómo podemos trabajarlo?

Actualmente  si ves un entrenamiento de cualquier deporte tendrá una parte de propiocepción. Ya puede ser entrenando en la arena blanda de la playa, bosu, plataformas inestables, fitball, colchonetas…  Podemos trabajar para el tren inferior multisaltos, sentadillas, zancadas, flexiones o remos para el tren superior… Todo ello con plataformas inestables. Y todo ello se puede complicar mucho haciendo diferentes ejercicios y técnicas.

Al inicio puede resultar difícil pero la progresión siempre suele ser rápida y óptima.

Depende del tiempo que se pueda disponer para el deporte se puede entrenar más o menos. Para gente amateur que trabaja/estudia y no compite a un alto nivel bastaría con 1 sesión a la semana de unos 5-8 ejercicios con 2-3 series por ejercicio. Si ya compites y te dedicas mucho más a tu deporte aumentaríamos a 2-3 sesiones a la semana y aumentaríamos los ejercicios de 6 hasta 12 por sesión con repeticiones de unas 8-15.

Beneficios

¿Cuántas veces te has lesionado y no sabes si ponerte frío o calor ?

En este artículo explicaremos cómo y cuándo aplicar el frío o el calor.

Como norma general, debemos aplicar hielo las primeras 72 horas cuando estemos ante una inflamación, golpe, dolor… así la zona que esté inflamada cesará y notaremos mejoría.

Pasadas estas 72 horas, lo recomendable es aplicar calor para que tenga un efecto sedante y relaje la zona. Provocaremos que llegue más sangre a esa zona y la oxigenaremos. Aplicaremos calor en dolores musculares o articulares siempre y cuando no haya inflamación en la zona.

Hay lesiones que se curan con frío, otras se curan con calor, y otras que pueden llegar a curarse utilizando cambios de temperatura.

Lesiones «pequeñas» o de corta duración podemos aplicar inmediatamente frío y pasadas las horas calor. Así sería como se recuperaría de forma rápida y eficaz.

¿Cuanto tiempo hay que aplicarlo y de qué forma?

El frío y el calor sería recomendable aplicarlo en intervalos de 10-30 minutos cada 2 horas.

Para aplicar el frío o el calor la mejor forma es que sea seco, es decir, el frío se puede aplicar con un gel azul metido en una bolsa de plástico. Viene acompañado de una cinta compresiva para sujetar la zona. Debe estar en el congelador y en el momento del golpe o lesión sacar y poner.

El calor en forma de manta térmica. Lo mejor es tumbarse o sentarse, estar relajado mientras el calor hace su función en la zona a tratar.

Cuidado

Hay que tener cuidado con cuando aplicamos frío o calor ya que altera la sensibilidad y puede provocar quemaduras, por lo que es recomendable que no toque directamente la piel.

No siempre se debe aplicar frío o calor. No se aplicará cuando haya heridas abiertas, infecciones, hemorragias

Si no sabemos cuando aplicar frío o cuando aplicar calor lo más recomendable es contactar con un profesional y valorará que hacer.

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